En mayo de 2025, el Ministerio de Salud de Chile publicó la Norma Técnica N°150, aprobada mediante el Decreto Exento N°243, que establece los criterios para clasificar y organizar los establecimientos hospitalarios del país. Aunque a primera vista parece una medida administrativa, esta nueva normativa ha generado una profunda preocupación en el gremio de matronas y en múltiples organizaciones de salud.
¿Por qué preocupa esta norma?
Porque redefine la estructura de atención gineco-obstétrica en hospitales públicos, eliminando o fusionando unidades críticas para la salud sexual y reproductiva:
- La unidad de neonatología pasa a depender exclusivamente de pediatría, dejando fuera a las matronas en una etapa fundamental para el recién nacido.
- El servicio de ginecología se fusiona con una unidad médico-quirúrgica general, desdibujando el enfoque especializado en salud femenina.
- Las urgencias gineco-obstétricas desaparecen como unidad diferenciada, siendo absorbidas por urgencias generales.
¿Cómo afecta esto a las matronas?
Estas medidas reducen significativamente el campo de acción de las matronas, profesionales altamente capacitadas en salud sexual, reproductiva, materna y neonatal. Se les excluye de funciones históricas y especializadas que han demostrado resultados concretos en la salud pública chilena. En la práctica, se pierde el enfoque integral, humano y continuo que las matronas han construido durante 190 años de historia en Chile.
Pero sobre todo… ¿Cómo afecta a las mujeres y sus familias?
- Se debilita el acceso oportuno y diferenciado a atención ginecológica y obstétrica, especialmente en situaciones de urgencia.
- Se pierde el enfoque de género y de derechos en la atención a la salud sexual y reproductiva.
- Se pone en riesgo la calidad del cuidado materno y neonatal, al fragmentar equipos y eliminar funciones clave de quienes han sido líderes en estos procesos.
Gracias al trabajo de matronas, Chile ha logrado reducir la mortalidad materna a 11,9 por cada 100.000 nacidos vivos, una de las cifras más bajas de Latinoamérica. También se ha registrado una importante disminución en la mortalidad neonatal, atribuida a una atención continua y especializada desde el embarazo al posparto.
Quitar a las matronas no es solo una decisión laboral: es una amenaza directa a la salud y dignidad de mujeres, recién nacidos y familias.
Reflexión final
Cuando se debilita el rol de las matronas, se debilita el sistema que protege la vida desde su inicio. Invisibilizar su labor es ignorar el derecho de las mujeres a una atención digna, empática y especializada. Esta no es solo una lucha gremial. Es una defensa activa de la salud pública con enfoque de género y justicia social.
¿Qué podemos hacer?
- Infórmate y comparte.
- Apoya a las matronas en sus movilizaciones.
- Exige al Estado decisiones basadas en evidencia, con participación de las y los profesionales directamente involucrados.